La exhibición del meteorito “El Chaco” en la Exposición Internacional Documenta 13, en Kassel, Alemania, continúa generando variadas posiciones y en este caso, el titular de la Universidad Popular de Resistencia, Atilio Fanti, expone la suya.
El tardío debate público sobre el préstamo del Meteorito “El Chaco” para su exhibición en la Exposición de Arte Contemporáneo, discusión que se plantea a través de los medios de comunicación, nos tiene a los ciudadanos con grandes interrogantes, pero sobre todo con escasa información sobre los alcances y la importancia que tiene para nuestra provincia el hecho de que un elemento como éste salga de nuestro territorio provincial.
Creo que debemos felicitar a todos aquellos que han propuesto en los últimos días un pequeño debate donde se han fijado distintas posiciones. Aunque debo decir que la mayoría han sido para oponerse a esta iniciativa; lo que debemos reconocer es el valor que tienen estas personas que se convierten en custodias de nuestros bienes patrimoniales. No hay nada de malo en ello. Todo lo contrario. Pero realmente sirven estas posiciones para esclarecernos un poco más a los ciudadanos comunes?
Con todo respeto, debo señalar que no me han aclarado ni mejor informado las distintas notas que se han publicado en los diarios y las expresiones vertidas en radios y otros medios de comunicación. Más bien me parecieron que se trataba de opiniones donde se fijan posiciones irreductibles que no dan espacio para un sano y más amplio debate o que traigan algo más de luz sobre los alcances que podría tener esta decisión adoptada por la Cámara de Diputados.
Todos sabemos que los miedos paralizan y hacen que nos volvamos ciudadanos con temperamentos conservadores o con posiciones cerradas e intransigentes. Digo esto porque en cada una de las notas que he leído se plantea como eje el miedo. Parece que tenemos miedo de que no nos devuelvan esta enorme piedra estelar; tenemos miedo de que nuestros pueblos originarios pierdan su punto de relación con el cosmos; nos da también miedo de que la salida de este meteorito nos vuelva a la época colonial donde nos saquearon nuestras riquezas y como si fuera poco también está planteado el miedo a que el barco en que se lo transporta naufrague y termine en el fondo del mar. Hubo alguien que también planteo el miedo a que le saquen un pedacito y que vuelva con “algo menos de peso”.
Es tarea de los ciudadanos comprometidos fiscalizar las acciones de gobierno y eso está muy bien, pero también debemos mejor informarnos para actuar de este modo.
Me dirigí en estos días a hablar con el arquitecto Hugo Martina, que está a cargo de esta enorme responsabilidad. Me encontré con un chaqueño preocupado por cuidar cada detalle; me pareció ver a alguien que se sentía personalmente responsable de que nada le pasara a este meteorito y sobre todo que vuelva sano y salvo.
En la entrevista, que se extendió por más de una hora, inmediatamente sacó una carpeta con toda una serie de documentaciones, mail, fotografías, etcétera. Pero su explicación comenzó con la ley 3563 que prohíbe el traslado definitivo o provisorio fuera de la provincia de meteoritos, aerolitos o cualquier cuerpo natural proveniente del espacio.
“Lo primero que nos preocupó cuando nos plantearon este proyecto fue no faltar a ninguna ley, así que les comunicamos a los promotores que no sería posible sino mediaba una intervención del Poder Legislativo que autorizara esta excepción –me dice-mostrándome un mail. También teníamos que sortear otras exigencias establecidas en el Código Aduanero, por lo que también debíamos buscar una salida para esta situación.
“Vos sabes, me dice, que también la Nación ha tomado sus recaudos para que la Argentina no sufra el saqueo y robo de estos valiosos elementos, así que también interviene la Cancillería que pasó a convertirse en una especie de “Gran Custodia” de nuestro meteorito. “No queremos pasar por “boludos” que inocentemente llevan su ofrenda a los europeos para que nos lo afanen con el aval de nuestros gobiernos, eso sería un enorme bochorno y una vergüenza internacional, así que estamos cuidando cada detalle y durante la muestra, nuestras miradas estarán puestas en todo momento sobre nuestro patrimonio provincial”.
“Pero te sigo contando, dice, no sin pasión, porque no han sido muchos los que han venido a preguntar cómo pensamos llevar adelante este enorme proyecto cuyo único propósito es colocar al Chaco en una muestra internacional de enorme envergadura cultural y científica”. Vuelve a abrir la carpeta y se detiene para leerme y explicarme de qué se trata la Exposición Internacional Documenta 13; “se trata de una muestra que comenzó en el año 1955 con la muestra de Arnaldo Bode, como un intento de restablecer la cultura y las artes visuales en el foco primario de la sociedad, después del trauma y destrucción de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces se ha convertido en una exhibición de arte contemporáneo internacional y en un momento de reflexión sobre la relación entre arte, historia y sociedad”.
El meteorito debe salir de nuestra provincia el 10 de febrero para comenzar un largo periplo. Cinco días después será embarcado desde Buenos Aires al puerto de Hamburgo al que arribará después de un viaje de casi dos meses y permanecerá en ese puerto alemán durante quince días. Recién el 1 de mayo iniciará un nuevo viaje por tierra desde Hamburgo a Kassel, recorrido que llevará otros quince días en que será ubicado en el sitio que le fue asignado en la exposición.
La muestra abre el 9 de junio y se extiende hasta el 16 de septiembre y dos días después el meteorito “El Chaco”, iniciara su viaje de regreso a nuestras tierras y se estima que lo tendremos en su sitio nuevamente en noviembre. Según me dicen, también habrá una comitiva de Mocovíes que acompañarán al meteorito durante esta exposición.
Me parece, con todo respeto a quienes expresan sus disidencias, que debemos salir de la «caja de los miedos». Aunque el colonialismo todavía está vivito y coleando, francamente me parece una exageración desmesurada pensar que otros chaqueños, los legisladores, el gobernador y la Cancillería Argentina, se hayan puesto de acuerdo para ser los nuevos «zonzos» argentinos que se dejan afanar una piedra de 37 toneladas.
Más bien quiero pensar que resultará muy gratificante y beneficioso exhibir esta pieza única en una exposición internacional y que al menos sus visitantes sientan alguna curiosidad por saber de donde viene. Dirán que soy ingenuo, pero no quiero que el miedo gane mis pensamientos ni dirija mis acciones.
Atilio Fanti
CHACO DIA POR DIA